Hay "señales! expresadas en la sociedad que suelen pasar desapercibidas ya sea por ser consideradas como expresiones aisladas o bien minimizadas por otros acontecimientos de mayor trascendencia. Es el caso de "la violencia" que ha irrumpido con gran notoriedad en la sociedad argentina en los últimos días.
Con el retorno de la democracia en la década del 80, muchos fueron las interpretaciones que trataron de explicar la violencia de los años 60 y 70, algunos desde la óptica de las ideologías, otros desde la politización de la juventud, otros de la dictadura.
Lo cierto es que la violencia, ha estado presente periodicamente en nuestra sociedad, con diferentes niveles de agresión y motivaciones. Ayer fueron las rebeliones "carapintadas", los cortes de rutas, "el corralito", los recortes salariales a jubilados y trabajadores, los cacerolazos, los sucesos de diciembre del 2001 y tanto más.
Hoy, a la escalada sin aparente solución de inseguridad, se suman las agresiones a la embajadora de los Estados Unidos, Vilma Martínez en la Facultad de Ciencias Médicas de Mendoza, en Mar del Plata, integrantes de cooperativas de piqueteros tomaron el Concejo Deliberante hirieron a varias personas y destrozaron las instalaciones, en Jujuy, piqueteros y militantes del movimiento Tupac Amaru, agredieron al presidente de la Unión Cívica Radical Gerardo Morales. Esta última es vista hoy, como una agrupación que va más alla del activismo social y se ha convertido en un aparato de poder y recursos que excede los controles y es usado como fuerza de choque desde el Estado.
Para muchos, la retórica oficial cobija demasiada agresividad y puede estar desatando fuerzas que después serán muy difíciles de controlar.
2 comentarios:
Publicar un comentario